Una historia que contar

Este fin de semana compartí con Lucas Joaquin de Armas, un joven de 13 años de edad, Uruguayo con gran talento para la escritura, hijo de mi querida amiga y hermana Micaela Apesteguiz. 

En esta ocasión leímos una historia de su autoría, que elaboró como parte de sus asignaciones del Liceo. 

La historia se refiere a una entrevista que realiza un periodista a un sobreviviente de un naufragio. Espero que les guste por qué a mí me encantó...

Joaquin, el Náufrago del Triángulo de las Bermudas

Periodista: Hola Joaquin cuentanos como fue que naufragaste en el Triángulo de las Bermudas. 

Yo: Bueno verás, fue en el verano de 1998, estaba en Miami y quería ir a Puerto Rico. Ese día había tomado el primer barco que salía del puerto.

Para ese entonces, ya había conocido al capitán del barco, era un chico de 26 años, bastante inexperto, que recientemente había heredado el barco de su padre.

Zarpamos en la madrugada del 16 de enero de 1998, y estando en el límite del Triangulo de las Bermudas, inició una gran tormenta. De repente, una fuerza pruducida por las olas nos arrojó adentro del Triángulo. Todo sucedió muy rápido, sentí como si estuviese en una centrifugadora, y en un abrir y cerrar de ojos todo se volvió negro. Cuando desperté no sabía cuanto tiempo había pasado, pero si sabía que me encontraba en una isla, ya que a mi alrededor no habia más que palmeras y arena.

Periodista: ¿Y que fue lo primero que hiciste al darte cuenta que era una isla totalmente desierta?

Yo: Lo primero que hice fue ver si en el barco se encontraba al capitán,  comprobé que no estaba, así que supuse que calló en el mar. Me dispuse a buscarlo en otras áreas de la isla sin obtener resultados.

Periodista: Eso debió ser muy desalentador, pero cuentame más. ¿Que hiciste exactamente después de tener esa revelación? Por que te encontrabas totalmente sólo.


Yo: Me puse a buscar comida, encontré algunas frutas, también recogí ramas para hacer una fogata y un arma para defenderme de cualquier animal salvaje. 

Periodista: Nos dijiste que recojiste ramas para hacer fuego y un arma ¿Y el refugio?

Yo: Cierto se me olvidó decirte que tomé el barco como refugio y que cuando tenía la comida y las ramas, recordé que en mi mochila tenía un libro de supervivencia y algunos suministros para el viaje: barras de cereales, sandwiches y botellas de agua.

Lo de los suministros es porque en una oportunidad fui a acampar en Brasil, asi que me lleve algunos por si decidia acampar. Ademas , encontré y me llevé unos de emergencias que estaban en la cabina del Capitán.

Al llegar a la isla, comí una de las frutas que recolecté, luego fui a buscar todos los suministros y mi mochila. 

Entre los suministros habia una rama que atrabesaba la caja de emergencias y me preocupé, ya que contenía un bote salvavidas y esperaba que no lo hubiera pinchado, cuando quité la rama escuché el sonido de algo desinflándose, asustado abrí la caja y me di cuenta de que el bote estaba pinchado.

Pero mi decilución duró poco, ya que me dí cuenta que solo tenía que tapar el agujero, pero no tenia hilo y aguja, pegamento o cinta, así que decidí olvidarme de eso por un tiempo. También decidí rellenar los agujeros del bote, como no tenia herramientas, puse ramas inclinadas frente a estos, busqué hojas de palmeras para tapar las ramas y tener una segunda cobertura. Me eso

Periodista: Dinos Joaquin ¿que hiciste cuando llegó la noche?

Yo: Bueno verás, cuando llego la noche hice una fogata y me puse a leer el libro de supervivencia, principalmente para saber como cazar, ya que aunque podía sobrevivir con frutas, también quería  comer carne. Después, cuando estaba leyendo el libro, comenzó a llover, como ya me había tomado una botella de agua completa, la puse afuera para llenarla con el agua de lluvia. También me empezaron a picar mosquitos y otros insectos, así que tomé una de las ramas que recolecté y la puse en el fuego para aullentarlos; entoces noté que además , habían cangrejos y hormigas rojas.

Al otro día, salí a cazar pajaros y a pescar, y así trasncurrieron mis días.

Un día recordé que la savia de los árboles se usa como pegamento, así que  dispuse de ella y con una de mis remeras reparé el agujero del bote y escapé de la isla. Con la buena suerte que al salir de la isla fui encontrado por un barco de rescate.

Si bien fue una experiencia traumatisante, creo que me ayudó a ser una mejor persona.


Espero que les haya gustado el cuento.

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